El traslado de la estatua de bronce del dictador Franco a caballo, reproducida a mayor tamaño que el natural, ha llevado cerca de seis horas. Los cinco operarios encargados de la misión, han trabajado sin descanso para desanclar las siete toneladas de peso de la escultura que, se ha podido comprobar, estaba muy bien atada.
Una vez arrancada de su pedestal, ha permanecido elevada en el aire durante más de una hora mientras los operarios le hacían la manicura al caballo, para desprenderle de los ganchos de hierro con los que se ha aferrado desde el año 1964 a la peana que, finalmente, quedó huérfana a las tres menos diez de la tarde.
Una vez arrancada de su pedestal, ha permanecido elevada en el aire durante más de una hora mientras los operarios le hacían la manicura al caballo, para desprenderle de los ganchos de hierro con los que se ha aferrado desde el año 1964 a la peana que, finalmente, quedó huérfana a las tres menos diez de la tarde.
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